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Hoy me he despertado triste y deprimido, sin ver el sol, ofendido
y agobiado por mil peros tétricos ajenos convertidos en lamentos.
Desesperado y sin brillo como un cristal pervertido que se ha
vencido pudriendo en las fosas del olvido; porque si de amores
feos hay un Reino, es solo para olvidar que hemos querido perder
el juego, sin comprender que lo perdíamos sin remedio.
Hoy me desvivo por criterios que nunca fueron muy ciertos, que
siempre creyeron en cuentos y ahora están arrepentidos; pidiendo
que cambie el tiempo y que lleguen días bonitos. Para que broten
los buenos sentimientos, que desterrarán los cruentos y mortíferos.
Hoy me levanté afligido y retirado al recuerdo; y entre mis natas
matrices he visto a padres y abuelos padeciendo. Y he sentido al
mundo hundirse detrás de un sismo asimétrico que incubaba diluvio
y truenos, flagelados por un torbellino lleno de babas y acentos.
Fragua de mal y descontento que ha visto pobres muriendo,
encandilados durmiendo entre vendavales de fuego. Encasillados
en efectos producidos por sus nervios que se han burlado de ellos,
ya que el miedo es peor que el tedio; y el odio que los aguaceros.
¡Desmesurados conceptos, tan destructivos y herméticos!
Hoy no he podido decirme que la vida es como un juego, que
ganamos y perdemos y que deprimimos sonriendo. Ni que hay
remedio a complejos si aún soplan vientos adversos, que nos
desestabilizan los sesos como mortero, que al caer aplasta dedos.
Y aún me siento muy dolido, alto en principios pero bajo de pesos
que me hagan recordar que existo. Sin dialéctica al derecho y a la
izquierda escalofríos que hacen sentir lo trémulo. Sin aromas y sin
quieros; y sin mi pala de doble vilo, que me descubre cimientos.
Le voy orando a mi infierno para que mande bomberos; y musas
apagafuegos estoy buscando en los versos. Para que describan
al dedillo todo el mal que estoy viviendo, porque mi estructura
he perdido; y a mis duendes si imagino, los advierto soñolientos.
Regresando del recuerdo, para acalorarme los dedos.
Tengo frío en mi apellido y en mi nombre un perro tuerto, que
apesta como los desechos. Hoy de mi mundo el mundo se ha
ido, dejándome un mal violento que entre letras he vencido;
metafórico y ambiguo, como quien le tienta un final al cuento.
Hoy vivo un tiempos maldito porque mi estructura he perdido y
me agobio en un silencio que me confunde el destino. Y busco un
verso remedio en mi universo de tempos rítmicos; que sus notas ha
cedido a un vendaval de analgésicos, que ya me tienen dormido.
Picture Tristana modèle by Ariel Arias
Web du photografe: http://500px.com/ariasphotos
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